El pasado 10, 11 y 12 de marzo tuvo lugar en la residencia San José de El Escorial, en Madrid, el III Encuentro de Voluntariado Joven de Cáritas.
Con el lema “Abriendo el corazón... Construimos Cáritas”, casi un centenar de jóvenes voluntarios y voluntarias de Cáritas, provenientes de distintos puntos de la geografía española, se encontraron para compartir tres días de compromiso, acción y trabajo.
Las jornadas fueron organizadas por los propios jóvenes y suponen un paso más en la confederación de Cáritas a nivel nacional y una oportunidad para seguir generando nuevos espacios de acción. “Desde el Grupo Confederal de voluntariado joven -explica Ángela Mora, voluntaria de Cáritas Diocesana de Sevilla-, estos meses previos hemos estado conectados y dando todo lo que podíamos para, junto con los técnicos, preparar este encuentro con ilusión, dedicación y, sobre todo, ganas de enseñar al mundo los valores que nos definen como voluntarios y voluntarias de Cáritas”.
Durante el fin de semana ha habido tiempo para el trabajo en equipo, para compartir experiencias y testimonios, para reflexionar y también para jugar, para la diversión. “Sobre todo han sido días para salir un poco de la rutina y pararnos a pensar qué podemos hacer los jóvenes para seguir cambiando el mundo”, asegura Mora.
El encuentro y las actividades estuvieron vertebrados por algunos de los valores que representan a la organización: Transparencia, Justicia, Austeridad, Participación, Espíritu de mejora, Fraternidad, Centralidad en la persona, Solidaridad y búsqueda de la Verdad. Cada uno de estos valores se trabajaron a través de actividades, dinámicas y talleres.
“Si tuviera que destacar algo de este encuentro sería la ilusión y la implicación que todos los jóvenes teníamos reflejadas en la mirada”, continúa Ángela Mora. “Nos dimos cuenta de la labor tan fundamental que hacemos como voluntarios y voluntarias. Ahora, tras el encuentro, nos toca hacer llegar a los demás todo lo vivido, seguir empapándonos de los valores aprendidos, romper aquellas barreras que nos limitan y, sobre todo, nunca perder esa esperanza e ilusión que tanto nos define como jóvenes voluntarios de Cáritas”.